Manifestaciones clínicas
La mayoría de los pacientes cursan con un cuadro clínico similiar que se caracteriza por vómitos, diarrea, esteatorrea, hepatoesplenomegalia, distensión abdominal y desnutrición progresiva. Los niños afectados son normales en el momento del nacimiento, pero pronto comienzan a presentar deterioro de las capacidades mentales, agrandamiento del hígado (hepatomegalia) y del bazo (esplenomegalia). También aparecen alteraciones intestinales como esteatorrea (eliminación de grasas por las heces) y distensión del abdomen. Otros síntomas comunes son anemia y depósitos de calcio en las glándulas suprarrenales. La muerte suele producirse antes del año de vida.8 Los cambios patológicos más significativos comprenden el depósito de triglicéridos y ésteres de colesterol en las células del sistema fagocítico, en el intestino delgado y la corteza adrenal.7
Tratamiento
No se dispone aún de un tratamiento efectivo y eficaz, sin embargo, se hacen ciertas recomendaciones, entre ellas: Suspender la lactancia materna y/o ingesta de fórmulas que contengan triglicéridos y ésteres de colesterol y proporcionar una nutrición suficiente vía parenteral que incluya todas las vitaminas incluyendo las liposolubles.10 En la actualidad se están ensayando nuevas alternativas, como por ejemplo la terapia de reemplazo enzimático: recientemente la lipasa ácida lisosomal, fue expresada en Pichia pastoris y sin ningún tipo de modificación química a nivel de laboratorio fue empleada en ratones con deficiencia de la enzima, logrando disminuir los niveles de colesterol en intestino, hígado y bazo.11 Otros tratamientos, como los de dos casos publicados, un trasplante de médula ósea muy temprano o un trasplante de sangre del cordón umbilical parecieron dar buenos resultados después de 4 años de seguimiento.12 Por otra parte, se ha mencionado la posibilidad de utilizar un inhibidor de la HMG-CoA reductasa como la lovastatina, como tratamiento coadyuvante. El mecanismo de acción se basa en la disminución de la síntesis de colesterol y de la producción de la apolipoproteína B con reducciones en los niveles tanto de colesterol como de triglicéridos.7 Asimismo, se ha evidenciado una disminución de la heptoesplenomegalia y una mejoría de la disfunción adrenal.7 La terapia génica dirigida al hígado, así como el trasplante de hígado y médula ósea son otras de las posibilidades contempladas como candidatas para el desarrollo de futuros tratamientos más eficaces.7
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